“A
mor a ser diferente”, “revertir conceptos”, “tomarse su tiempo”…Todos estos son preceptos, o consejos, que bien podrían aplicarse al enfoque de Trilobe en la relojería. El reloj Trilobe es prueba de ello. Indica la hora de una manera inequívocamente diferente. Revierte efectivamente los conceptos, porque ya no son las agujas las que se mueven sobre los marcadores de tiempo fijos, sino que es el tiempo que gira sin cesar sobre sí mismo. Por último, se toma su tiempo con una pizca de sal, porque la precisión absoluta no es su santo Grial. Si bien es preciso (puede depender de los conocimientos cronométricos de Jean-François Mojon, quien diseñó el movimiento, para eso), aun así se toma su tiempo. El tiempo, de hecho, se muestra mediante tres anillos que giran, cada uno a su propio ritmo, frente a los tres «trilobios» que indican el paso de las horas, minutos y segundos.